El origen de la organización terrorista GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) se remonta a la década de los 60, cuando un grupo de radicales marxistas-leninistas escindidos del PCE y en el exilio se reunió en Bruselas para fundar la Organización de Marxistas Leninistas Españoles (OMLE), que se autodisolvió en 1975. De ahí surgió el Partido Comunista Español Reconstituído (PCE-r), en cuyo I congreso, en ese mismo año, se decidió crear una "sección técnica" o brazo armado del partido, los GRAPO. El grupo terrorista abrió su historial delictivo el 2 de agosto de 1975 contra dos guardias civiles en el canódromo de Madrid, uno de los cuales falleció, en respuesta al fusilamiento de dos integrantes de ETA y tres del extinguido FRAP durante el régimen franquista. Desde entonces ha causado 87 víctimas mortales, la última de ellas un policía nacional que fue asesinado de un disparo en el barrio madrileño de Carabanchel el 17 de noviembre de 2000. En noviembre de 1982 ofrecieron un "alto el fuego" basado en siete premisas fundamentales: amnistía total, "depuración" de los cuerpos de Seguridad, salida española de la OTAN, desmantelamiento de las bases estadounidenses en España, solución del paro y la miseria, convocatoria de nuevas elecciones y elaboración de otra Constitución. Los GRAPO volvieron en 1987 a organizarse con un nuevo "comando", llamado "itinerante" o "Guadiana", más sanguinario aún y con gran facilidad para desplazarse por distintas provincias en breves intervalos de tiempo. Durante principios de los noventa los GRAPO perpetraron diversos atentados y robos, y se siguieron contra ellos procedimientos judiciales como el del 17 de abril de 1995, que se inició en la Audiencia Nacional, contra siete miembros de la organización, que fueron condenados a 171 años de cárcel en total. En el mes de junio de 1996 se filtró a la prensa que el CESID, en nombre del Gobierno de José María Aznar, negociaba desde abril con la banda su abandono de la lucha armada, aunque la iniciativa partió del último Ejecutivo socialista. El Gobierno transmitió al GRAPO que estaría dispuesto al reagrupamiento de todos los presos de esta banda y a su progresiva excarcelación a cambio del abandono de las armas. Sin embargo, la negociación quedó congelada por la falta de datos reales sobre la situación de Publio Cordón y al silencio mantenido por el líder de la banda, Manuel Pérez Martínez, el "camarada Arenas", cuy